6 de julio de 2011

¿ Que es Sanfermin ?

Por definición, Sanfermin es sinónimo de fiesta en la calle. Es una mezcla de carnaval, bacanal y cachondeo, favorecida -cómo no- por la generosa absorción de bebidas con muchos grados.

La juerga consiste, como en todas partes, en alcohol (y/o productos ilegales), música y la gracia que le pongas tú. No tiene otro secreto. Quizás lo más sorprendente es lo pacífica que es: a pesar de la descomunal borrachera colectiva, no hay muchas broncas, aunque sí bastantes accidentes. La única regla de oro es vivir y dejar vivir; pasártelo lo mejor que puedas y dejar a los demás que hagan lo mismo. No hay más que dejarse llevar por el ambientillo sanferminero.

La juerga  se concentra en la parte vieja de la ciudad, aunque también la hay, más tranquila y descongestionada, en algunos barrios. En general en sanfermines cualquier zona es buena para tomarse unos potes y pegarse unos bailoteos con los amigos/as.

Abstenerse los sibaritas. ¿Acaso hay algo más entrañable que un kalimotxo en vaso gigante o un combinado en vaso de plástico?


Ganaderías para los encierros 2011


Las ganaderías para los encierros de Sanfermin 2011 son Miura, Herederos de José Cebada Gago, Fuente Ymbro, Dña. Dolores Aguirre Ybarra, El Pilar, Victoriano del Río Cortés, Torrestrella y Núñez del Cuvillo.


El encierro, el acto más importante de Sanfermin

Es el acto con más personalidad de las fiestas de Sanfermin. Es también el que da cierta fama a la ciudad y nos saca en todos los telediarios del mundo una semana al año. Se celebra a las 8 de la mañana del día 7 al 14 de julio (el día 6 no hay). El día 15 suele haber una pequeña parodia a cargo de los últimos trasnochadores, el encierro del día 15


Carrera de supervivencia

El encierro es una carrera de los mozos delante de los toros y pese a lo que piensa todo el mundo, ni toda la gente de Pamplona corre el encierro ni nacen aprendidos, por lo que esta carrera no está reservada sólo para quien es de Pamplona. De hecho, cada vez hay más corredores muy buenos que no son de Pamplona y como todo, se aprende poco a poco. El encierro Suele durar unos 2 ó 3 minutos (aunque puede durar mucho más si la cosa se complica y algún toro llega rezagado). El recorrido tiene algo más de 800 metros y para participar no hay que apuntarse en ningún sitio, es cuestión de meterse por los lugares señalados (ayuntamiento), respetar las normas y elegir el tramo en el que se quiere correr e intentar hacerlo lo mejor posible.


Preparación del encierro.


En principio se trataba sólo de llevar cada día hasta la plaza a los seis toros de la corrida de la tarde desde sus corrales, situados en la otra punta de la ciudad, y claro, como no había camiones y los toros no se suelen dejar encajonar fácilmente, pues los llevaban por las calles. Luego la gente se fue animando a correr delante de los toros, por aquello de la emoción y el riesgo. Con el tiempo el número de corredores ha ido aumentando hasta convertirse en el espectáculo que es hoy.

Al final de la noche se empiezan a cerrar las calles laterales del recorrido con un vallado doble. Se limpian, ya que quedan bastante mugrientas después de la juerga de la noche y antes de la de la mañana. La policía empieza a desalojar al personal porque nadie puede quedar entre las dos vallas. Sólo personal sanitario y medios de comunicación acreditados. La valla interna, además, tiene que estar libre para que los corredores puedan saltar sobre ella si hace falta. Una vez colocada la última tranca, toda la calle queda convertida en un pasillo sin salida. Si quieres correr, sólo se puede entrar en él recorrido por dos puertas, en las plazas del Mercado y Consistorial.

Poco antes del comienzo del encierro los mozos se encomiendan a la imagen del patrón -adornada con los pañuelos de las peñas-, colocada en Santo Domingo. Cantan tres veces. La canción dice: "A San Fermín pedimos, por ser nuestro patrón, nos guíe en el encierro dándonos su bendición". Luego se lanza el cohete que avisa de que los toros están ya en la calle. Enseguida se escucha otro cohete que quiere decir que ya están TODOS los toros en la calle.




El inicio de la carrera


Entonces es cuando empieza de verdad el encierro: los toros corren que se las pelan, es imposible ganarles ni aguantarles mucho tiempo (información interesante para quien tenga pretensiones atléticas). La cosa consiste pues en empezar a correr, primero despacio, después a toda leche, antes de que lleguen, aguantar delante de ellos (más o menos cerca según tus ganas de jugarte la piel) y apartarte limpiamente de su trayectoria, procurando sobre todo no cruzarte ni poner en peligro a otros corredores (contra la pared o saltando a una valla si la hay).

Al peligro que tiene correr delante de los toros (un toro, para quien no lo sepa, es un animal de unos 600 kilos de peso, armado de unos cuernos que hacen mucho daño) y a las posibles cornadas y pisotones, se añade el problema de que son cientos los que corren el encierro. Así que hay que estar muy atento para no tropezarse o ser derribado por otros corredores. La masificación es especialmente grave durante los fines de semana puesto que entonces se duplica la cantidad de visitantes que vienen a las fiestas de Pamplona. Cada tramo del recorrido tiene unas características propias, los corredores suelen especializarse en una u otra zona.


Cuando el peligro pasa


Cuando los toros han pasado, el encierro ha acabado para ti y sientes la gran satisfacción de seguir vivo, eso si algún toro no se separa de la manada y da la vuelta en el recorrido, cosa que pasa de vez en cuando. Entonces la cosa se complica y se pone muy peligrosa. Normalmente oirás enseguida un tercer cohete (esto significa que todos los toros están ya en la plaza), y cuando todos hayan entrado en sus corrales, un cuarto que anuncia el final de todo. Entre el primer y el último cohete habrán pasado normalmente sólo unos dos minutos, pero ¡vaya dos minutos!.

Bueno, pues eso es un encierro. Ahora, si has llegado despierto al amanecer, puedes optar entre irte a dormir, cometer la barbaridad de correr o intentar conseguir un sitio para verlo a buen resguardo.


                                                                                                     Diego Menendez

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